Page 17

focus03

La única forma de ser competitivo en un mundo saturado de ofertas de todas partes, de productos técnicamente iguales, es descubrir cuál puede ser la idea que nos diferencie en la mente de los clientes, que le haga percibir nuestra propuesta mejor que la de los competidores. “Di-ferenciación”, ésa es la clave. A esto se refiere el Principio KICS y a esto está dedicado el libro con ese título. Un libro que más que autoayuda es de reflexión para que cada uno encuentre la forma de ser y mantenerse competitivo. El problema es bastante fácil de entender; lamentable-mente vivimos en un mundo superpoblado de “profesio-nales de la complicación”. La clave está en lo contrario que abonarse a lo simple, se trata de simplificar lo complejo y no complicar lo que es simple. Afortunadamente, parece que las cosas están cam-biando. Los últimos premios Nobel de economía se han otorgado a pensadores que relacionan los fenómenos económicos y empresariales con los aspectos subjetivos que condicionan las decisiones de los que compran, de los que quieren vender y de los que compiten por los clientes que compran y pagan la factura. Por eso, tal vez, en los últimos años se ha despertado el interés por los activos intangibles de las empresas. En realidad éste no es un descubrimiento. Cuentan que ya Henry Ford I a principios del Siglo XX decía: “En mi balance faltan dos partidas; el conocimiento de mi gente y el valor de mi mar-ca”. Dos activos empresariales que quedaron eclipsados por los bienes de equipo y la tecnología en este primer siglo de la era industrial. Aunque a costado mucho y, sobre todo, muchos han sido los fracasos por no prestarle la atención necesaria en el nivel correspondiente, a estas alturas ya se discute poco el valor de la marca como activo valioso y clave de competitividad. Sin embargo, eso de “el conocimiento de mi gente” que decía Henry Ford I es mucho más lento. Tal vez porque luce menos y no nos engañemos, por el temor de quie-nes están arriba en la pirámide jerárquica a ser supera-dos por los que están más abajo. Así como los clientes son siempre personas, nuestra empresa es también básicamente persona. Son ellas quienes harán que las cosas funcionen y serán una clave de que el éxito se alcance. Sin personas-empresa que entiendan a personas-clien-tes no hay nada que hacer. Es curioso, pues, que siendo las políticas de RR.HH. una herramienta claramente vinculada a los resultados económicos, a la capacidad competitiva y a la construcción de un futuro empre-sarial sostenible, se mantenga como una actividad de segundo nivel. No hay expertos en RR.HH. en los Consejos de Admi-nistración. Son pocos los que se sientan en los comités ejecutivos. Y en los organigramas de las empresas la Dirección de RR.HH. o es Staff o no está a primer nivel. El problema va más allá. Muchas veces, demasiadas todavía, la Dirección de RR.HH. se crea para ocuparse más de gestiones administrativas que de participar en la estrategia empresarial, cuando el factor humano es una clave fundamental. Ahora bien la pregunta es: ¿Si los RR.HH. son tan importantes, por qué no se les da el protagonismo que merecen? Como en otras situaciones de la vida, la respuesta hay que buscarla más en quienes son los responsables de la propia actividad que en los que tendrían que entender su importancia y darle un mayor protagonismo jerárquico. Así como para iluminar una habitación hay que poner la lámpara en el lugar que mejor se aproveche la luz, un producto o un servicio no solo será apreciado porque sea bueno; hace falta que quienes tengan que valorarlo lo en-tiendan así. Hace falta promoción para que se entienda la importancia estratégica de una buena gestión de RR.HH. Podríamos decir que los RR.HH. “van bien” pero se han “vendido mal”. Probablemente sea un problema de falta de posicionamiento estratégico. No han logrado ocupar la posición diferencial y preferente que merecen en la mente de emprendedores, empresarios y responsables de alta dirección. Es imprescindible un plan para corregir la situación. Hay que reposicionar los RR.HH. en esas mentes. No estaría mal que los que se ocupan de promover los RR.HH. se leyeran El Principio KICS. Compiten en crear interés de los que deciden “contra” costes, tecnología, producción comercial, etc. Hay tres tipos de personas: › Las que se preguntan qué ha ocurrido. › Las que observan cómo ocurren las cosas. › Las que hacen que ocurran las cosas. Hay que intentar ser alguien del tercer grupo. Espero que este artículo contribuya a ello. Es cuestión de que cada uno ponga la voluntad necesaria. Por mi parte les deseo ¡Mucha Suerte! 17


focus03
To see the actual publication please follow the link above