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- 17 Abril 2024
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La extinción de la relación laboral no es siempre pacífica, máxime si entra en colisión con algún derecho fundamental. Tanto es así que, desde hace algunos años, el Tribunal Supremo viene defendiendo que los daños morales resultan indisolublemente unidos a la vulneración del derecho fundamental y, por tanto, conllevan la automática condena al abono de una indemnización de daños y perjuicios.
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