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SÍNDROMES EJEMPLARES 25 Prefieren hombres que reafirmen su éxito a mujeres que le recuerden un rol diferente. Además, son “súper madres” que se encuentran a gusto en el rol femenino de esposa y madre, y no comprenden como otras mujeres optan por otros equilibrios profesionales. Las directivas “abeja reina” se oponen a las cuotas (si ella ha llegado que igualmente lo hagan las demás), a la visión social de la maternidad (prefieren contratar hombres y si son muje-res que estén en la menopausia) y, ante todo, les encanta competir contra hombres para ratificar su autoconcepto del éxito. Pues bien, aunque no son todas sí me he encontrado con muchas mujeres de estas características y en la explica-ción de su conducta no me valen estereotipos machistas: ¿POR QUÉ LOS EQUIPOS DE FÚTBOL SE COMPONEN DE GENTE CON DIVERSIDAD DE HABILIDADES? PORQUE LA DIVERSIDAD ES COMPETITIVA. EL SÍNDROME DE LA ABEJA REINA LA PARADOJA DEL TALENTO DIVERSO es que las mujeres no pueden trabajar entre sí, es que la mujer utiliza “armas de mujer” o es que a la mujer le gus-ta mandar. Más allá de simplismos y metáforas hueras, me gustaría apuntar mi humilde opinión al respecto, que espero que la ciencia psicológica nos aporte luz en un futuro. La escalabilidad del modelo masculino empresarial conlleva a generar directivas “conversas” a la competitivi-dad salvaje. Y como bien sabemos, las conversas tienen que demostrar más que los cristianos viejos su afán de competitividad. Nunca una directiva de éxito puede aceptar que su valor está en la diferencia sino en la sobreactuación de las claves identificativas del sistema. Es decir, una primera razón para ser una directiva “abeja reina” es que ha sido elegida por el sistema y esto la hace defender todavía más el propio sistema. Ya lo decía Joseph Roth sobre el nazismo y los judíos: aquellos judíos que eran respetados por los nazis (habitualmente judíos ricos) eran despiadados con las creencias de los judíos pobres. El sistema justifica el elegir directivas de un género diferente a las que les pide que se conviertan en el principal defensor del sistema. En segundo lugar, la “abeja reina” quiere evitar la com-petencia de directivas jóvenes y prefiere mantener su estatus de exclusiva en su género. Ser la única mujer de éxito favorece mucho mantener esta situación y es el foco de su enorme satisfacción. He podido comprobar en muchas directivas sus rictus de autoafirmación cuando loan su unicidad como directiva. Ser la única es un valor que no quieren perder por apoyar a otras compañeras. Y suelen utilizar planteamientos como que apoyan por igual a los hombres y a las mujeres pero luego sólo tienen hombres como colaboradores. A muchas se les nota su apoyo, nominal y no real, a otras directivas les encan-ta ser únicas. Parafraseando a Nicolas Boileau: “Para parecer una feminista lo que hace falta es serlo”, es decir, menos manifiestos de directivas y más apoyo de género a sus colaboradoras. La pregunta clave sería: ¿Cuántas colaboradoras tenéis a vuestro cargo? Hay una tercera explicación de la actitud de la directiva “abeja reina” que se basa en las dificultades que han tenido que pasar para llegar a esa posición y no soporta que otras mujeres lo tengan más fácil. Es la actitud del veterano en el ejército que se opone a que un recluta lo tenga más fácil que lo tuvo él. Esta razón se basa en la explicación del sufrimiento como elemento clave de éxito: “Hay que tener penas para obtener metas”, como decía mi abuelo palentino. Las directivas explican que el discriminar a las mujeres por su género es inadecua-do porque ellas que no lo tuvieron han llegado al éxito. Como decía Corneille: “Los bienes adquiridos sin esfuer-zo son un tesoro fugaz”. Y, por último, una cuarta explicación estaría en el alto nivel de recompensa que la directiva “abeja reina” obtiene de su entorno masculino. Se la alaba por ser tan femenina aunque piense como un hombre. Los hombres la alaban y ella se reafirma, y las propias mujeres la loan por sus éxitos. Este nivel de recompensa le hace que no cuestione en ningún mo-mento su estatus actual y no se plantee apoyar a otras directivas que le puedan quitar su trono. En fin, podemos reunir estas cuatro explicaciones en estas afirmaciones: 1. El sistema ha elegido a una mujer y hace que ella se convierte en su principal defensora. 2. Quiere ser única y no favorece la competencia de otras mujeres. 3. Que toda mujer pase por las mismas calamidades que ella ha pasado. 4. Que no le quiten las alabanzas de su éxito. Lo lógico es que la explicación completa sea una mezcla de los cuatro tipos de explicaciones, pero esta reflexión me sirve para plantear el debate de las directivas, las


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