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SÍNDROMES EJEMPLARES 77 LO PEOR QUE PUEDE TENER NUESTRA ÉPOCA DE EMPLEADOS ZOMBIS ES QUE NO QUERAMOS VOLVER A COMPROMETERNOS. EL COMPROMISO ES LA BASE DE LA SOCIEDAD Y, POR TANTO, NO PODEMOS ESTABLECER EL FUTURO SÓLO DESDE LA ESTRECHEZ DE LAS RELACIONES LABORALES. El directivo desconfiado y campeón de la tijera del recor-te no puede ser el mismo que ilusione en la recuperación. Como consultor me hacen siempre la siguiente pregunta: ¿Cómo reanimamos a los empleados para que vuelvan a confiar y así apoyar la recuperación? Yo siempre les con-testo que se empieza cambiando la actitud. No podemos tener profesionales animados con jefes zombis. La regeneración necesita de un modelo diferente de profesional, hay que pensar en crecer, en generar proyectos comunes de futuro. ¿Hasta cuándo la visión economicista de las personas? Para fructificar una verda-dera recuperación necesitamos la ilusión de un nuevo SÍNDROME FRANKENSTEIN DE ORGANIZACIONES Y EMPLEADOS ZOMBIS A LA REGENERACIÓN Renacimiento. Del hombre encerrado en los números al hombre que crea mayores números. No hay que pensar en planes sociales sino en retos de aprendizaje. Tenemos que hacer películas de aventuras y olvidarnos de las tétricas muecas de los zombis. ¿Pero cómo remotivamos al personal? Se me ocurren una serie de medidas higiénicas de cambio de actitud y teniendo en cuenta que viene la primavera sería un buen momento para abrir las ventanas y las puertas a la regeneración. ¿Cómo dejar de ser un profesional zombi? Pues ahí van seis consejos de puro sentido común: › Quemar ideas habituales y crear nuevas pala-bras. Invitar a una fiesta donde pongamos en papelitos palabras que nos han seguido en nuestra crisis como: ERE, empleabilidad, indemnización, etc. y las queme-mos como si fuesen las “Fallas”. Lo primero que hay que hacer para cambiar un discurso es cambiar las palabras. Debemos festejar la vuelta de palabras como: selección, formación, desarrollo, etc. Y sería bueno crear nuevas palabras para una nueva época: confian-za, engagement, experiencia empleado, etc. › Regeneración emocional. No se puede pasar de ser un zombi a un humano sin cambiar las emociones. Lo emocional es el primer eslabón de tu cambio per-sonal. Hay que llorar por la nueva primavera, hay que flotar por las nuevas oportunidades y, ante todo, hay que saltar por los nuevos proyectos. Hay que ponerse las pilas emocionales en superar los duelos laborales y empresariales anteriores. No hay una cosa mejor del pasado que pasado está. Y qué gran momento histórico vivimos y cuánto futuro tenemos que conquistar. › Confiar como principio. No podemos seguir desconfiando de todo y de todos. El futuro se basa en la confianza en nuevas personas, nuevos paradig-mas e incluso volver a confiar en antiguos negocios y personas. No se puede empezar una nueva era con las cejas hundiéndose por la desconfianza y con la mirada torva que se nos ha quedado después de siete años de crisis. Siete años que hemos vivido peligrosamente y que nos ha posibilitado un gran futuro a confiar. › Volver a comprometerse. Lo peor que puede tener nuestra época de empleados zombis es que no que-ramos volver a comprometernos. El compromiso es la base de la sociedad y, por tanto, no podemos estable-cer el futuro sólo desde la estrechez de las relaciones laborales. Debemos creer de nuevo en la empresa y en la probabilidad de crecer con ellas como profesionales y personas. Hay que airear los falsos compromisos y crear nuevas formas de ser en tu empresa y en tu profesión. › Crear nuevos equipos. La regeneración necesita de nuevos equipos o, por lo menos, de equipos antiguos que se crean nuevos equipos. No podemos operar con la lógica del recorte y la optimización para crear nuevos equipos. Las empresas necesitan de retos, de espacios de creación y de tiempos de convivencia. No se ahorra generando impresiones cutres para crear equipos. Un fin de semana en común para crear futuro no es una pérdida de tiempo sino una ganancia de seguridad en nuestro propio equipo. Sin un nuevo equipo con camisetas históricas pero con renovado proyecto no podemos conseguir la microrecuperación, que es la importante. › Una nueva forma de ser líder. Esta agotadora crisis nos ha impedido ver que está cambiando el concepto de líder. El futuro está configurado por equipos virtuales y diversos, por tanto, necesitamos un líder con mayor poder empático. Tenemos que ser un directivo diferente donde no vendamos lo que no


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