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SÍNDROMES EJEMPLARES 81 Johannes Trithemius fue un monje alemán de finales del siglo XV cuyo afán para razonar los males del cambio de la copia escrita a la publicación impresa dio lugar a una multitud de sinrazones. Llegó a afirmar (y me recuerda mucho a los actuales directivos de algunas empresas) que el cambio a la copia impresa hacía peligrar la profun-didad de los pensamientos y la ética de los contenidos por su facilidad de reproducción. Actualmente internet y la dimensión social digital son la otrora imprenta y nuestros papeles de gestión son los códices medievales pretéritos. Las actitudes de aceptación del cambio son un meca-nismo darwinista de evolución, nadie niega el valor de lo anterior, pero qué suerte tenemos de tener más formas de expresar y sentir la realidad. Qué buenas son las reuniones informales al albur de un café pero qué suerte tenemos de compartirlo con nuestro LinkedIn para trans-mitir a mis amigos un pensamiento o con nuestro twitter para expresar una emoción a mi equipo. La superposi-ción de los medios facilita la comunicación humana siem-pre y cuando aceptemos dicho cambio y “costumicemos” SÍNDROME TRITHEMIUS EL ARTE DE ACEPTAR A CAMBIAR su utilización. Ya lo decía Leonardo Da Vinci, que prefería ser un polímata (diversidad de intereses y medios) que un vulgar especialista focalizado en una problemática. Actualmente, la disponibilidad del conocimiento a tiro de clic nos posibilita mayor riqueza de saber y capacidad para mezclar saberes y conocimientos, pero esto implica cambiar el concepto de sabiduría. Estamos pasando de un concepto de sabio acumulador de conocimientos a otro de disfrutador de experiencias diversas. Tendremos que evolucionar hacia un nuevo ecosistema adaptándonos con nuestra acción y acomo-dándonos con nuestro pensamiento. Este entorno digital preestablece un nuevo concepto del trabajo. El trabajo ya no está solo en producir contenidos personales sino en crear visiones compartidas de conocimientos, en relativizar tu saber siendo consciente de la importancia de saber quién sabe para aprender de él. La red nos posibilita la disponibilidad de un conocimiento más social de la realidad y, por tanto, la destilación de tu saber con el sentir de tu grupo ¿Qué gran oportunidad hubiese te-nido la curiosidad de Leonardo Da Vinci con esta nueva imprenta llamada internet? Para analizar cómo influye este nuevo ecosistema en nuestro mundo del trabajo no vamos a buscar razones sesudas sino simplemente acercamientos pragmáticos a la realidad. Una visión teórica de la realidad necesita de sesudos porqués pero, en cambio, el enfoque pragmático necesita de exquisitos cómos. Es muy probable que la EL SÍNDROME TRITHEMIUS SE REFIERE A ESA RESISTENCIA LÓGICA A ACEPTAR EL CAMBIO PARAPETÁNTOTE EN LA RAZÓN CON MULTITUD DE ARGUMENTOS PERFECTOS PARA NO SALIR DE TU ZONA DE CONFORT. aceptación al cambio provenga de los prácticos que ven las posibilidades de mejora más que las que se plantea la discusión técnica sobre la profundidad del cambio. Sin caer en visiones maniqueas de lo bueno, de lo actual y de lo malo de lo anterior, debemos acercarnos a lo que nos decía un sabio español, Juan Luis Vives, cuando nos decía: “tan perjudicial es desdeñar las reglas como ceñirse en exceso a ellas”, y también lo que expresaba de manera más práctica Camilo José Cela: “Pensar en viejo me abruma y, sin embargo, pensar en joven, en sano y arrogante joven, me parece tan insípido…”. La insipidez de lo nuevo no debe hacernos abandonar la estética de la lógica tradicional. Todos creemos en lo bonito de la lectura de un libro de poesía en tus manos al lado del fuego mientras nieva fuera, pero no debemos negar la utilidad de disponer de información de todos los perió-dicos a través del iPad. Esta doble actitud de combinar los usos pasados y los ilusos futuros es la clave de la aceptación del cambio. Este renacimiento digital implica un cambio radical en el concepto de trabajo que nosotros modestamente hemos llamado Empleado 3.0, y que supone los siguientes cam-bios y también los siguientes peligros: 1. Cambio en el concepto de espacio de trabajo y el peligro de la soledad del teletrabajador Por una parte, la productividad personal al utilizar los medios de Internet bombardea al concepto clásico de despacho. El espacio individual de trabajo y el símbolo de estatus que era el despacho tiende a desaparecer. Los espacios compartidos de coworking son una buena forma de trabajo actual porque tu privacidad es tu orde-nador, tu iPad y tu smartphone. El concepto de oficina debe cambiar para adaptarse a una realidad más diversa del trabajo. La estancia en un lugar común a través de un horario se transforma en el concepto de reunión cuando es necesario compartir conocimientos. El horario es una antigualla al igual que los despachos, pero debe-mos evitar el peligro de la soledad del teletrabajador. El teletrabajo es tan insuficiente como el presencialismo: podemos pasar del exceso injustificado de una presencia invocada por la presencia del jefe al otro exceso de la


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