El Índice Global de la Brecha de Género realizado por el World Economic Forum evalúa anualmente el estado actual y la evolución de la paridad de género en cuatro dimensiones clave: Participación y oportunidades económicas, logros educativos, salud y supervivencia, y empoderamiento político. Desde su lanzamiento en 2006, es el índice más antiguo de seguimiento del progreso de los esfuerzos de numerosas economías para cerrar estas brechas a lo largo del tiempo.
El actual contexto económico y normativo mundial condiciona los resultados en materia de paridad de género. Un panorama económico desigual ofrece indicios de optimismo a corto plazo, mientras que las predicciones sobre las tasas de crecimiento a largo plazo se sitúan en su nivel más bajo de los últimos 30 años. Las perspectivas económicas de las mujeres y las niñas se ven amenazadas por las continuas recesiones y las crisis prolongadas. Aunque la adopción de políticas económicas para promover la igualdad de género ha aumentado en general, entre las regiones existen marcadas diferencias no sólo en la adopción, sino también en la dotación de recursos y la aplicación.
Aumentar los recursos necesarios para cerrar la brecha requiere una mentalidad fundamental que reconozca la paridad de género como motor de un nuevo crecimiento de alta calidad. Resulta alentador que los avances políticos en la economía de los cuidados señalen un creciente reconocimiento de la importancia económica de la prestación de cuidados. Los esfuerzos empresariales por mejorar la paridad de género están cobrando impulso en América Latina, Oriente Medio y Asia Oriental. Allí donde los esfuerzos en materia de diversidad, equidad e inclusión (DEI) son más duraderos, los beneficios se dejan sentir: mayor productividad, adaptabilidad al cambio y resultados más sólidos en innovación. La paridad de género es una ventaja competitiva en un entorno macroeconómico y empresarial cada vez más difícil.
Evolución de las diferencias de género en el mercado laboral mundial
La paridad en la participación de la mano de obra a nivel mundial ha seguido mejorando desde la última edición, superando los niveles de 2018 hasta alcanzar el 65,7% para la muestra constante de economías seguidas desde 2006 – y situándose en una puntuación agregada del 66,7% solo para las incluidas en 2024. Sin embargo, las variaciones regionales siguen mostrando que, si bien la participación de la mujer en la fuerza laboral se está recuperando a nivel mundial, la paridad avanza a velocidades muy diferentes según los contextos. Sin embargo, la sostenibilidad de esta tendencia sigue siendo incierta. Se prevé que el desempleo mundial aumente en las economías de renta más baja, y la brecha de empleo, una medida más amplia de las personas que buscan trabajo, también incluye a un número desproporcionado de mujeres.
Representación y liderazgo de la mano de obra
En 2024, los datos de LinkedIn muestran que la representación de las mujeres en la fuerza de trabajo sigue siendo inferior a la de los hombres en casi todas las industrias y economías, y que las mujeres representan el 42% de la fuerza de trabajo mundial y el 31,7% de los líderes de alto nivel. Los puestos de alto nivel siguen siendo escasamente accesibles para las mujeres, en términos globales, como ilustra la «caída a la cima» global: en 2024, el ascenso desde el nivel de entrada hasta la C-suite está empapado de una diferencia de representación de 21,5 puntos porcentuales. Mientras que las mujeres están cerca de ocupar casi la mitad de los puestos de nivel básico, se quedan cortas al representar sólo una cuarta parte de los puestos de C-suite. Aclamada en ediciones anteriores como una tendencia prometedora, la contratación de mujeres en puestos directivos empezó a deteriorarse, pasando del 37,5% al 36,9% en 2023.
Representación del liderazgo en el gobierno
En 2024, la mayor población mundial de la historia votará en más de 60 elecciones nacionales, incluso en economías importantes como Bangladesh, Brasil, India, Indonesia, México, Pakistán y Estados Unidos. En los últimos 50 años, casi la mitad (47,2%) de las economías analizadas por el Índice Global de la Brecha de Género han tenido al menos una mujer en un alto cargo político. La paridad de género en la representación parlamentaria alcanzó un máximo histórico del 33% en 2024, casi el doble desde 2006 (18,8%). A nivel regional, América Latina demuestra una mejora continua a lo largo del tiempo.
