Cómo crear un sistema holístico de bienestar integrado en la experiencia empleado

La competitividad no nos deja un respiro. ¿Recuerdan cuándo a lo largo del año existían periodos «valle» donde la actividad se relajaba y se podía sacar trabajo atrasado tranquilamente? Esa sensación de «momentos tranquilos» ha pasado a la historia hace años y cada ejercicio fiscal se convierte en una carrara contra reloj de principio a fin.  Y en ese frenético camino, los empleados van perdiendo algo más que la calidad de los resultados: se dejan la salud física y mental.

Crisis de ansiedad, estrés, insomnio, falta de concentración, salidas de tono en las reuniones, emociones descontroladas… estos son algunos de los síntomas de la mala salud mental que afecta a miles de profesionales de todo el mundo. Y con consecuencias que no sólo afectan a su rendimiento, sino a su calidad de vida y a sus relaciones personales.

Como respuesta, en los últimos 12 meses, más de 700.000 personas han consumido ansiolíticos en España. 2022 supuso un disparo en el consumo, con siete puntos más respecto al consumo de 2021. El consumo de este tipo de medicamentos, pueden volver a la persona dependiente para mitigar los síntomas ansiosos o para poder conciliar el sueño; producir síndrome de abstinencia cuando se dejan de tomar; pueden generar tolerancia y, por tanto, dejar de hacer efecto y su consumo afecta a los procesos cognitivos. Aún así, más de cinco millones de españoles se han medicado con ansiolíticos en los últimos tres años.

La importancia de la prevención

En materia de salud mental, la prevención es la estrella de las recomendaciones. Hacer todo lo posible por evitar llegar al momento en que la única medida de choque sea la medicación. Porque, llegado a ese punto, se cruza una línea de no retorno que implica consecuencias tanto personales como profesionales.

Recordemos que las bajas motivadas por problemas y trastornos de salud mental entre la población ocupada se han incrementado un 118% entre 2016 y 2023. Este dato, difundido por el Ministerio de Seguridad Social a través del Portal de Transparencia. El incremento de las bajas, solo entre 2022 y 2023, fue de un 13,6% y las estadísticas arrojan una duración media de estas bajas asociadas a la salud mental de 108 días. A ello se le añade una elevada proporción de recaídas tras este tipo de bajas, debido a que no se diseña un itinerario ni adaptaciones para facilitar la reincorporación de la persona al puesto de trabajo. El coste de estas bajas supone para la economía española un total de 18.590 millones de euros, según un estudio elaborado por la asociación Closin Gap en colaboración con la Merck.

Sistema de bienestar integrado

Puesto que el problema es, además de médico, una cuestión laboral la prevención se configura como la herramienta clave. Hace más de una década que las empresas trabajan en la implantación de estrategias del cuidado de la salud física y desde hace aproximadamente cinco años se amplió el cambio a la salud mental.

El cuidado físico, con medidas relacionadas con la nutrición saludable, el tabaquismo, los cuidados durante la maternidad, la ergonomía o los hábitos de vida activa se han visto complementados por cursos, seminarios, webinars y servicios de acompañamiento y asesoramiento relacionados con el bienestar emocional.

Los planes incluyen charlas inspiracionales, campañas de sensibilización, y plataformas de bienestar, todo con el objetivo de promover un enfoque holístico del bienestar que cubre aspectos físicos, emocionales y sociales de los empleados.

El conjunto de todas estas acciones constituyen un sistema 360º que acompaña a la persona a lo largo de su experiencia empleado e impacta en su bienestar. Invertir en el bienestar laboral es invertir en el éxito a largo plazo de la empresa. Y es por esto que la estrategia debes ser única en cada organización porque cada plantilla es también única.