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CREO SINCERAMENTE EN LA UTILIDAD DEL MINDFULNESS COMO TÉCNICA DE MEJORA DE TU EXPERIENCIA EMPLEADO, PERO DEBEMOS SALVAGUARDAR SU FUERZA HACIENDO ALGUNAS INTERVENCIONES QUE LES EVITEN QUE SE QUEME COMO PARADIGMA EVOCADOR PERO NO PRÁCTICO. tras vivir socialmente en todos los momentos, pues la reflexión en soledad te da percepción y altura a las relaciones sociales. Yo tengo que dar las gracias a esas misas largas de mi infancia en los 70 porque me enseñaron a pensar en soledad. La misa me servía para tener una experiencia de pensamiento en soledad, primero pensaba en mis sueños, luego en mi realidad y al final de la Eucaristía ya había repasado toda la semana. Aunque algún empellón del cura me llevé, aprendí a estar bien en soledad conmi-go mismo. Estar sólo te sirve para apreciar y valorar las relaciones sociales. 5. CENTRAR LA TÉCNICA Y NO ELABORAR TEORÍAS. Como todo paradigma exitoso, hay multitud de libros quincallas alrededor que hay que obviar. Muchos caen en un excesivo elogio de la meditación, convirtiendo una técnica casi en una teoría. El mindfulness simplemente es una técnica para buscarte a ti mismo, para ser tú mismo, pero no es una teoría. Hay multitud de aficionados a la psicología, tan perniciosos como el psicólogo que psicologiza la realidad, que han descubierto América en estos tiempos con la meditación. Hemos escuchado multitud de memeces orientales, de libros de autoayuda más para los autores que para ti, y ante todo, mensajes interesados para vender su libro. Como decía Abraham Lincoln, “se puede engañar a alguien siempre, a todo el mundo alguna vez, pero no a todos indefinidamente”. que estábamos físicamente en el trabajo, hoy día, la desubicación de las obligaciones laborales nos lleva a no tener tiempo determinado de ocio y/o trabajo. Pues bien, volvemos al mundo rural, en este entorno hay obligaciones diarias inexcusables, principalmente si eres ganadero, y no por ello estamos estresados. Es decir, el caminar con las obligaciones debe darnos el poder de la flexibilidad de entender el trabajo. La presión informativa empieza cuando uno no sabe gestionarse personalmente. Si un mail no puede dejarse de contestar, si un whatsapp me obliga a responder, en cierto sentido estamos visualizando la flexibilidad de los medios como nuevos dictadores temporales. Hay que librarse de ladrones de vida enmascarados de tecnología y plantearse tiempos de observación, gestión, reflexión y duración. Este modelo, que me lo enseñó un sargento en la mili, siempre me encantó. Decía el sargento Rebollo que en el día había que observar (leer El Marca), gestionar (hacer la instrucción), reflexionar (echarse la siesta) y divertirse (irse al bar). Y lo mejor que decía era que no era pleno si le faltaba alguna de las cuatro actividades diarias. El tecnoestrés es la forma actual que el ambiente nos requiere para dar nuestra mejor versión de nuestra libertad de atención. El problema no es el ambiente sino cómo lo vivimos y cómo lo transformamos. 3. METER LA MEDITACIÓN EN TU DÍA A DÍA. Hay gente que no valora la modorra de la siesta, el café matutino con el periódico (ipadiano), las duchas inspiradoras, el gin tonic conversado, el vino en la cocina, etc. Multitud de ocasiones para meditar, para quitarte el piloto automático del hacer cosas, del querer llegar, de criticar, de enjuiciar… simplemente hay que vivir. Hay una frase maravillosa de Bimba Bosé que habla sobre que cualquier ocasión del día “no es algo que decides, es una oportunidad que aprovechas”. Tan importante es querer hacer como querer ser. Tan importante es proteger estos tiempos personales (no confundir con tiempos familiares) para tener un mindfulness en tu día laboral. Las liturgias y los rituales de meditación se necesitan para aprender o para recordar al hacedor que hay que tener tiempo para ser. 4. SUPERAR EL SENTIMIENTO DE SOLEDAD. Como dice Thich Naht Hanh, “las personas sufrimos porque estamos secuestrados por nuestros juicios”. Creemos que estar solo significa que no eres apreciado. Saber estar y ser en soledad es una gran cualidad ya que, a fin de cuentas, nacemos y morimos solos. En esta sociedad donde la conectividad y el estar acompañado está tan sobrevalorado, caemos en pensar que el olvido y la soledad son nefastos cuando es una necesidad humana para ser. Como decía Gilles Deleuze, “no es el deseo el que se convierte en necesidad, es todo lo contrario, son las necesidades las que se convierten en deseo”. Es verdad, debemos desear nuestra soledad, 8 ORH FOCUS FEBRERO 2016


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